02/07/2019 Por AppsProyectos 0

¿No sabes cómo escoger la mantelería de tu boda? Te damos las claves

Puede parecer que los manteles y servilletas de tu boda pasan desapercibidos en comparación con el resto de elementos del mobiliario; pero es esencial saber elegir bien este tipo de textiles para que no desentonen con el conjunto de la decoración de tu enlace. 

Lo hemos comentado en más de una ocasión. En las bodas, los pequeños detalles son los que marcan verdaderamente la diferencia. Y la elección de la mantelería es uno de esos básicos que hay que mimar especialmente para lograr el resultado deseado. 

Y aunque muchas parejas deciden no vestir las mesas de su banquete nupcial, ahora la tendencia es ubicar mesas de madera desnudas y la vajilla encima con un toque boho, este elemento textil por excelencia aporta mucha personalidad y gusto a las mesas de tus invitados. Y la vuestra propia.

Si sois de lo que no queréis dejar al azar la elección de esos tejidos y estampados. ¿Queréis acertar de lleno a la hora de escogerlo?

Descubrid las claves necesarias para acertar en vuestra elección. 

Ten en cuenta el presupuesto 

Cada partida de la boda debe girar en torno al presupuesto de la misma, y en este caso juega un papel muy importante el precio, que resulta especialmente engañoso. Porque, aunque no lo parezca, la mantelería es un gasto con el que no contamos y que no debe tratarse a la ligera. Aunque parezca un detalle sin importancia, no lo es y su precio puede subir considerablemente.

Por tanto, ten en cuenta tu presupuesto para saber si es un gasto que puede generar una sorpresa fácilmente asumible. En los casos más complicados, los novios acaban por aceptar la mantelería que ofrece el espacio por falta de tiempo o presupuesto, y esta no tiene por qué ser la mejor opción.

La estación de la boda es clave 

Según el mes en que nos encontremos, hay un cambio en los tejidos. Así, la seda es más empleada en las bodas menos calurosas y el lino el protagonista de las veraniegas. Pero lo que cambia es la gama cromática empleada.

Así, en otoño e invierno, los colores más oscuros y sobrios –como granate, morado, azul intenso, verde, gris, marrones o colores teja– adquieren mayor protagonismo. Mientras que en primavera y en verano hay más preferencia por una amplia variedad de tonos pastel, que incluyen desde el aguamarina y diferentes tonalidades verdosas, hasta arenas, suaves naranjas, rosas palo o gris perla, por ejemplo. Sin olvidarse de opciones más intensas, como fucsias o malvas. 

La hora también es importante

Además del mes, hay que tener en cuenta el momento del día en que se celebrará el enlace, ya que existen unas reglas de oro que te pueden ayudar a la hora de orientarte en elegir un mantel u otro. Lo mismo con las servilletas. 

De este modo, si la boda será por la mañana –sobre todo en exteriores– lo ideal es jugar con tonalidades vivas, como rosas, fucsias, verdes intensos… De celebrarse en un interior, tonos como los neutros son muy indicados, al igual que los verdes, grises, o azules en sus gamas más suaves. 

En ambos casos, y más allá del color, se puede jugar también con los estampados y con los tejidos. ¡La imaginación es la protagonista en estos textiles! Pero cuidado con las combinaciones arriesgadas que pueden dar al traste con toda la decoración. 

Si el enlace es a última hora del día, es mejor optar por mantelerías de colores suaves que aporten luminosidad al espacio.

¿Cuál es nuestro estilo?

Una personalidad que se enfocará y centrará en los detalles de la mantelería. Todo para asegurar que esta combinará a la perfección con el resto de elementos del lugar de celebración. Recordad que la armonía es clave para que el resultado sea equilibrado.

¿Queréis respetar las líneas base del entorno o, por el contrario, aportar un plus? Arriesgarse puede suponer una mejora increíble, pero si tenéis dudas está bien conservar la elegancia con un clásico de hilo blanco.

Cuando la boda es más clásica y se busca la sobriedad. Para ello, la elegancia se consigue con colores como el hueso o el marfil, así como el verde o el azul en sus gamas más suaves. Una celebración de este tipo requiere las sillas a juego con un lazo del mismo color.

¿Y el tipo de mesa?

Si os decidís por una mesa redonda, cuadrada, rectangular, imperial… no importa: los manteles deben ser más grandes que su superficie y caer por los lados sin llegar a rozar el suelo, excepto en las esquinas de las mesas alargadas.

Recordad además que, más allá del color y el estampado, deberéis decidir si lo queréis con o sin vuelo, y con o sin calados. En este último caso, es mejor contar con doble mantel para que no se vea la superficie que hay debajo. 

Aunque también hay otras opciones, como caminos de mesa o manteles individuales, que pueden quedar ideales en una boda rústica.

Los complementos adecuados

En este caso hablamos tanto de centros de mesa como de las imprescindibles servilletas. Así, si el mantel es liso, podéis poner unas servilletas de color intenso para contrastar con un mantel suave y cálido. O bien, optar por mantener la gama cromática en todos los textiles que hay sobre la mesa.